El abandono dejó a Teiko con sentimientos de rechazo y confusión, ya que no podía entender cómo un padre podía desentenderse de sus responsabilidades familiares. Esta situación la llevó a desarrollar mecanismos de defensa poco saludables para lidiar con el dolor, ocultando sus emociones y evitando enfrentar lo negativo.

A pesar de las dificultades, su familia continuó asistiendo a la iglesia, donde encontraron fortaleza en su fe.

Eventualmente, durante un retiro juvenil, ella experimentó un encuentro espiritual que marcó el inicio de su proceso de sanación emocional. En medio de una crisis mental provocada por la canción “Buen buen Padre”, durante la cual le llevó a confrontar su trauma.

“Todas las emociones salieron a la luz. Entonces lo supe: tengo que dejar de lado la partida de mi padre. Si me quedo con esto sólo me molestará”, expresó.

Y allí sintió que Dios le decía: “Tienes que dejar atrás el pasado. Sólo entonces será posible la recuperación”.

Guiada por Dios a Su palabra, conoció que le era necesario perdonar, “Dios me dirigió al versículo que dice No pueden perdonarnos si no perdonamos primero. Decidí perdonar a mi padre”, comentó.

A pesar de que en ocasiones sentía que había logrado perdonar, rápidamente se encontraba de nuevo atrapada en sentimientos de enojo y amargura, lo que generaba dudas sobre su progreso. Sin embargo, ella reconoce que, aunque el proceso es largo y desafiante, es el único camino verdadero hacia la sanidad emocional.

“Cuando perdonas, eliges liberar a quien te hirió en tu corazón. De esta manera, esta persona ya no influye negativamente en tu vida diaria. ¡Me hace sentir mucho más libre!”, expresó.

Teiko desde los 25 años asiste a la iglesia Hillsong Amsterdam mientras estudia Desarrollo Comunitario. Ella reconoce que la iglesia y el apoyo de otros cristianos fueron fundamentales para superar su trauma familiar, asimismo expresó cómo Dios siempre la ha cuidado y agradeció a las familias que la apoyaron en momentos difíciles, destacando la importancia de adorar a Dios y conocerlo como un Padre amoroso que nunca abandona.

Con su testimonio, ella espera animar a otros a buscar en Jesús la sanidad de su dolor emocional, enfatizando la necesidad de pedir a Dios que examine los corazones para revelar patrones dañinos que se han normalizado.